La finca de Vinyes del Terrer es un lugar único formado por una llanura de 7 hectáreas divididas en 10 parcelas típicamente mediterráneas, donde se cultivan, además de vides, naranjos y algarrobos. Los viñedos alcanzan tímidamente los 20 metros sobre el nivel del mar, lo que les propicia un clima estable de 15ºC de media a lo largo del año regulado por las constantes brisas marinas procedentes del Mediterráneo, situado a solo dos kilómetros de la bodega.
Estas condiciones se combinan perfectamente con la curiosa composición del suelo de la finca, formado por una roca calcárea amarillenta llamada lumaquela, compuesta por fragmentos de conchas de moluscos, gasterópodos y solera marina acumulado durante miles de años y que demuestra que el viñedo fue mar en tiempos ancestrales. Este suelo calcáreo se combina además con otro de tipo arcilloso en apenas unos metros de diferencia, dando una curiosa complejidad al terreno.
La viticultura que se practica en Vinyes del Terrer es muy respetuosa con el entorno, y actualmente está en proceso de conversión a viñedo ecológico. Utilizan abono orgánico y realizan la mínima intervención posible, arando solo una vez al año y llevando a cabo prácticas que limitan el uso de productos fitosanitarios.
El pequeño equipo de Vinyes del Terrer está formado además de por Eduard (economista de profesión), por su padre Juan María (químico jubilado que actualmente realiza tareas de viticultura en su tiempo libre), por el enólogo Josep Serra, que actúa de consultor para la bodega, y por una persona que realiza tareas de mantenimiento tanto en viñedo como en bodega. Todos ellos tratan de recuperar la tradición vinícola tarraconense elaborando vinos muy asentados en la zona desde hace décadas, como es el caso de los vinos rancios y dulces; por ello la bodega también cuenta con vinos de este perfil.